Ardiendo en ti. Capítulo 7: Castigado con las vacas
Me quedo como idiota al inicio, hasta que mi padre me mira con ganas de matarme.
—¡Mierda! —digo saliendo de Sara, Dara… no tengo idea de a quién le estaba dando duro. Me acerco a mi madre, pero mi padre me detiene con una de sus manos.
—¡Ni se te ocurra tocar a tu madre desnudo y con tus manos sucias! —me mira furioso y luego vuelve la vista hacia ella—. Amor, despierta, por favor…
Un torbellino de chicas queda por la habitación, se visten muy rápido y salen de allí como si el mismísimo Lucifer se hubiese aparecido frente a nosotros, dejándome solo y sin saber qué hacer
—¡Ve a vestirte! —dice tomando a mi madre entre sus brazos—. Lo último que quiero es a tu madre desmayarse otra vez de verte así.
Lo veo acercarse a la cama, pero luego brama de enojo y se la lleva de la habitación. Mientras yo hago lo que me ha mandado, me meto a la ducha para quitarme todos los fluidos de mi cuerpo, pensando que ahora soy hombre muerto. Cierro la llave y salgo cubriéndome con la toalla.
—Fuiste buen