Ardiendo en ti. Capítulo 15: La tormenta cómplice
—Agustín, te encargo a Aíne, sé que no te agrada, pero por favor… cuídala —mi tía se sube a su auto, con Connor de copiloto, quien ya tiene el rostro inflamado—. El pronóstico anunció lluvias y tormenta eléctrica esta noche, existe la enorme posibilidad que me quede en la ciudad, porque no quiero mover a este chico en estas condiciones.
—Este chico, es tu hijo, mamá.
—Lo dudo, en este momento eres hijo de tu padre, porque él es obstinado y exagerado —me mira con un gesto de súplica—. Cuídala, esa chica es mi adoración.
—Sí, tía… no te preocupes, haré de cuentas que me agrada un poquito —le miento, pero ella se lo cree y se va—.
Ya casi es hora del almuerzo y Aíne no se ha despertado, otra vez se durmió tarde, pude darme cuenta porque yo anoche no pegué un ojo. Aproveché de estudiar, pero poco pude hacer, ese beso llegaba a cada momento y me transportaba a un lugar mágico.
Entro a la casa y me voy directo a la cocina, busco carne, verduras y me pongo a cortar y cortar. Para el día, un