Mis labios se mueven por voluntad propia, a la merced de sus besos hambrientos, pero incapaces de seguirles el ritmo, me siento torpe
"¿Hace cuanto mis labios no se envolvían con los de otro?"
La mano de Jonathan sigue subiendo peligrosamente entre mis piernas, esa sensación eléctrica que tenía tiempo sin experimentar hace que mi piel se sienta vibrante y más sensible a todo, el que siempre había sido un desierto entre mis piernas comienza a convertirse en una laguna, esto no está bien, debo hacer algo para que se detenga; pero mi cuerpo parece estar más que dispuesto a dejarse llevar y ansioso porque el avance más, es como si hubiera estado muriendo de sed y esto fuera un trago de agua fresca después de estar seco y sediento por tanto tiempo.
Los labios de Jonathan se alejan, dejándome una sensación cosquilleante en los labios, las yemas de sus dedos acarician la tela de mi ropa interior, suelto un gemido, pero más que sentirme apenada, estoy ansiosa por que avance, suelta un gruñid