Mundo ficciónIniciar sesiónDos vidas en distintos mundos se encontrarán. El tiempo y espacio de dos mundos se conectan, haciendo que dos personas de diferentes mundos se encuentren en una misma línea y espacio. Lucia Shelder una aspirante artista de la pintura, es alegre y cree la actitud y los sueños es importante para la vida, en cambio Jack Clen es profesor de física, es serio y calculador que creer hay que ser realista y elegir metas que te va a ayudar crecer, ambos viven su vida de acuerdo a lo que creen, pero un día toda la ciudad sufre un apagón y Jack aparece en el departamento de Lucia, ella llega a su casa encontrándose con Jack, él explica la situación, pero ella no le cree, al día siguiente él ya no se encuentra y ella lo toma como un sueño, pero esta situación se repite varias veces, haciendo uno de ellos aparezca en el mundo de otro o se encuentren en un mismo espacio, ante esta situación tendrán que convivir y encontrar una forma pertenecer en su mundo, pero también existe otro problema es que desde el momento que se conocieron se repudian.
Leer másAlguna vez has escuchado de los mundos paralelos, la teoría nos dice que los universos o mundos paralelos nos explica la existe diferentes realidades independientes, es decir que uno mismo puede existir en diferentes realidades, un ser nace y ya puede tener su yo en diferentes mundos, según Alberto Casas es como si los nuevos yo que se crean a cada momento comparten un pasado común, pero tienen ante sí un futuro diferente. Aunque suene fantasiosos nunca se sabe si algún día esta teoría se puede ser real.
Una ciudad iluminada por las luces, una vista hermosa que se puede ver desde los edificios o lugares altos, una noche iluminada, un hombre sentado contemplando la vista desde su departamento.
El lugar está ordenado y limpio como si el lugar fuera un hotel cinco estrellas, él sentado tomando un café, desde cabeza hasta los pies se podía ver que era una persona elegante e inteligente, vestido con unos pantalones negros y camisa blanca, con una chompa blanca de tejido y llevaba unos lentes delicados, tiene un buen porte.
- Por fin puedo disfrutar de la paz con un café- con una voz grabe con tono neutro.
Termina su café dejando todo limpio y ordenado, apaga las luces y camina hacia su habitación, deja su agenda en mesa de noche y se dirige al baño, cuando produce un apagón en toda la ciudad.
- Cuando fue la última vez que hubo un apagón, esto es increíble debo…- cuando le comienza a dolor la cabeza, comienza a sentirse mareado.
Media hora después…
- Mi cabeza- agarrándose, - Tal vez me golpeé, pero no recuerdo haberme tropezado o chocado con algo, donde estoy, no puedo ver nada, donde está el interruptor- sus manos comienza a tocar todo a su alrededor, -Porque siento que las cosas se movieron AAHHH ¿Cómo me tropecé?- sus manos llegan a la ventana, tocando abre las cortinas dejando ver la ciudad.
-Cuando fue que las cortinas son así de delgada- cuando en eso comienza ver por la ventana.
- Que, esto no está bien, donde está el puente, los edificios del centro- quedándose sorprendido, mira a su alrededor.
- Este no es…, donde estoy, cuando… ahhh mi cabeza- quejándose del dolor, podía ver cuadros, los muebles, aunque la arquitectura y espacio sea igual que su apartamento, sabía que no estaba, la ciudad tampoco coincidía.
-DONDE DIABLOS ESTOY-.
Por otro lado…
- AHHH… que día más estresante, si no fuera por el jefe ya estaría durmiendo, tengo tanto sueño- abriendo la puerta de su departamento.
Cuando entra ve una sombra sospechosa – No puede ser un ladrón se metió a mi casa, porque tengo tan mala suerte- pensó, ve la escoba en la entrada y le agarra quedándose cerca a la puerta, camina un poco más hasta notar la espalda de un hombre.
-Oye tú, quédate quieto, si te volteas te voy a golpear hasta la muerte- apuntándolo con una escoba, él da unos pasos hacia atrás.
-¿Quién es ella?, nunca pensé decir esto, pero porque fui un tonto, este lugar no es mi departamento por lo tanto esa mujer debe vive aquí, ¿ahora cómo voy a salir de aquí?- pensó a escucharla.
- Te dije que te quedaras quieto, MALDITO LADRÓN DEBE DARTE VERGÜENZA- con una mano sostenía la escoba y la otra buscaba su celular esperadamente.
-Me dijo ladrón, ¿me aparezco un ladrón?, esta mujer debe ser joven por su voz, pero tonta, no tengo nada en la mano ni dónde colocar el objeto robado, no está cubierto mi cara, como puede decir que soy un ladrón- se quedó pensando.
…………Llamada……….
- Halo policía, acaban de entrar a mi casa, POR FAVOR VENGAN RÁPIDO.
- Señorita, ¿Cuál es su nombre?
- Que, en serio me está preguntado mi nombre CUANDO ESTOY EN PELIGRO.
- Señorita
- Está bien, Lucia Shelder, VENGA RÁPIDO.
- Señorita, por favor aleje del él tanto como pueda, puede ser peligroso.
- Puede ser un asesino, pero QUE, SI TODAVÍA QUIERO VIVIR, SOY TAN JOVEN PARA MORIRME- sollozando.
……………..
- Lucia verdad, yo no soy un ladrón menos un asesino, soy profesor.
- Un profesor, ACASO ESO TIENE SENTIDO, TE METISTE A UNA CASA AJENA.
Al verla alterada pensó - En eso tiene razón, tengo que calmarla para que pueda razonar-, - Lucia me voy a dar vuelta, no te voy a hacer daño, ok- se gira despacio hacia ella.
- No intentes nada, levanta las manos- él hizo caso.
……………
- Señorita, me escucha, salgue de la casa, señorita Lucia me escucha, salga de la casa, ya está llegando la policía…
…………….
Ella se apega a la pared, presiona el interruptor de la luz, haciendo que se enciendan todas las luces, iluminado a él.
Al verlo pensó – Pero que estoy viendo, será que estoy tan cansada que ahora el ladrón se ha convertido en un ángel- bajando la guardia.
- Disculpa, pero puedes bajar eso- señalando la escoba.
- Ahh si si- bajando la escoba, - Esto es real, Dios a manda un ángel, es tan guapo, , pero parece malhumorado…cálmate no es momento para eso- suspiro.
Se escucha el sonido de la policía, comienza a entrar al edificio, están cerca la puerta, ella los abre diciendo – Fui yo que llamé-.
- Señorita se encuentra bien, donde está el ladrón- ella volvía verlo, - Aunque lo vea varias veces no se ve como un ladrón- pensó, - Sobre eso, fue un malentendido, no es un ladrón es… Es mi novio que vino a visitarme, por la oscuridad no lo note-.
-Señorita, sabe lo que acaba de hacer, una llamada al 119 no es para estar jugando.
- Lo siento mucho, no volverá a ocurrir- inclinándose como signo de respecto, la policía se retira dejándolos solos.
El hombre se queda mirando a la ventana inmerso en sus pensamientos, ella se queda mirando, con pasos despacio se acerca a él manteniendo una distancia.
- Si no eres un ladrón ni un asesino, que haces aquí, no creo que seas el aquilino anterior- él no la responde y ella se comienza a molestar - Como odio que me dejen hablando así, solo porque eres guapo te lo voy a pasar- pensó.
- No soy de aquí- con una voz cerca.
- Ya sé que este no es tu departamento, pero como entraste- dijo desconfiada.
- Creo que no soy de este mundo, hace un momento estaba en mi departamento y luego aparece aquí.
- Como puede ser tan lindo y ser loco, que triste, será que escapo de su casa o de un manicomio- pensó con lastima.
- No soy un loco ni me escape- ella se sorprende, -No es necesario leer tu mente cuando tu rostro lo puede decir todo, lo que estoy queriendo decir es que tú y yo somos de mundos diferentes, tu ciudad es diferente al mío…-saca su celular de su bolsillo, - estoy seguro de que, si busco algo aquí o llamo, no funcionara, los policías estaban vestidos diferente, utilizan insignia diferente- acercándose a ella.
- Que haces- retrocediendo nerviosamente, él pasa su mano cerca a ella, al sentir tan cerca, ella le golpea con el palo de la escoba en la cabeza, -Es tu culpa por acercarte- avergonzada, -Sera que se enojó- pensó.
- Solo quería control de la televisión- agarrando el control, lo enciende y comienza a cambiar de canal, - No conozco ninguno de estos y…- dejando en las noticias, - Esta noticia dice que Corea del Sur y del Norte tiene una disputa, pero en mi mundo solo existe una sola Corea- mirándola.
- Espera, digamos que te creo, como puede suceder esto- sentándose en el sofá.
Él camina hacia una mesa, agarra un hoja y lápiz, regresa con ella y se siente con ella, - Pon atención, conoces la teoría del big bang, después de esta explosión, el universo comenzó a expandirse, entonces lo que creo es que el universo puede mostrar todos estados de la realidad a la vez, pero somos consciente de una, en otros universos podría tener otras realidades…- él plasmaba sus ideas el papel.
Mientras ella estaba en sus pensamientos -No puedo entender que está explicando, desde cuando un loco puede saber física, recuerdo que algo escuchado algo cuando estaba en la universidad… pero, ya tengo sueño- ella bostezo sin darse cuenta.
- Acabas de bostezar- la miro con disgusto, se para bruscamente.
- Oye sé que estas esforzando, pero en verdad tengo mucho sueño.
- Sabes cuantos quisiera escuchar una clase mía y tú te duermes…eso me pasa cuando intento enseñar alguien tan simple- con una voz de desprecio.
- JA me estas diciendo tonta, YO, debes estar agradecido que no te denuncie- toca su pecho tratando de calmarse, con una sonrisa le dice -Si no estas contento conmigo, la puerta está ahí, puede irte- señando la puerta.
Él cerro los ojos para pensar en una solución- Si algo de aquí no nada que me asegura que pueda volver, tampoco conozco a nadie aquí, puedo me meterme en problema, no me gusta…tengo que quedarme con ella hasta que pueda regresar- preocupado.
- Espera…yo lo s..- entre dientes.
- Que dijiste, no te escuche- mirando fijamente, cruzando los brazos.
- Tienes razón, lo siento por no reconocer tu ayuda- avergonzado.
Ella al verlo pensó - M*****a sea, como puede hacer esa expresión, se ve tan lindo, es inteligente para saber su situación, pero…. Mundo paralelo, es más probable que este enfermo- analizando con la vista, -no parece que haya pasado una mala vida, está bien vestido, se ve que es costoso, su piel está bien cuidado, será que es un niño rico, era que lo están buscando y si hay una recompensa… Ahhh desde cuándo se ha sido tan codiciosa, tengo que dormir- camina hacia la habitación.
Ella saca una colcha y una almoneda, se dirige al sofá y lo acomoda, -Es mejor dormir y mañana hablar cómodamente, ok- con un gesto con lo mano, ella se va su cuarto.
Mira cerrojo -Solo por sea caso- colocando seguro, ella se fue a dormir.
Horas después…
Él no puede dormir, unos pasos se escuchan, él ve como la puerta del cuarto se abre, ve como Lucia camina hasta la cocina y toma agua.
- Lucia, por favor me puedes servir un vaso con agua- ella se sobresalta, dejando caer su vaso.
- Lo había olvidado- comienza a rejuntar los trozos del vaso.
Él se acerca a ella – No lo recojas con la luz apagada- enciende las luces, ella se corta dejando salir un ligero grito de dolor, -Debes ser mas cuidadosa- él agarra la mano de ella delicadamente y la cerca al caño para lavar la herida.
- Es gruñón, pero puede ser gentil a veces- pensó al verlo, recuerda el golpe que le dio, -Le debo una disculpa, ¿tendrá la frente roja?- pensó.
- Ven, te cuidado en pisarlo- agarrándola del brazo para guiarla, -Donde esta tu botiquín- mirándola.
-Eso, pues no tengo.
- Acaso eres una niña, es una regla básica cuando vives solo, tus padres no te lo dijeron, seguro cuando vengan te regañaría- ella baja el rostro apenado.
- Déjalo, voy a dormir, buenas noches- parándose molesta, - Fui muy amable al pensar en curar su frente, pero él es AHH, porque tuvo que mencionar eso- con una expresión triste.
- Solo fui amable, pero ella…es mejor alejarme de ella- acomodándose para dormir, pero se levanta y comienza a recoger los pedazos del vaso.
Al siguiente día…
Lentamente sus ojos de Lucia se abren, para luego salir del cuarto, sus ojos buscan al hombre, pero no lo ve por ningún sitio.
- Sera que fue un sueño- mira el sofá encontrando la sabana tendida, acerca su mano al sofá -El si es real, pero donde se fue…, será que volvió a su mundo jajaja, imposible-.
Jack permaneció de pie frente al espejo del baño, observando las líneas oscuras que se extendían desde la base de su cuello. No eran simples venas… parecían raíces finas, ramificándose bajo la piel. La luz blanca acentuaba el contraste, y por un instante tuvo la sensación de que se movían, como si respiraran.Inspiró hondo, intentando calmar la presión en el pecho.No podía ser coincidencia. Había visto algo similar en Lucía… pero nunca en él. Hasta ahora.—Hermano… —la voz de San lo sacó del trance. Estaba apoyado en el marco de la puerta, con una toalla colgada al hombro y un vaso de agua en la mano—. No es por meterme, pero cuando una parte de tu cuerpo parece estar haciendo raíces… tal vez es hora de preocuparse.Jack se giró, abrochándose la camisa. —No es asunto tuyo.—Claro —San bebió un sorbo—. Porque cuando algo es peligroso, lo mejor es callarlo hasta que te mate… muy lógico.Jack lo ignoró y salió al salón, pero San lo siguió, con esa sonrisa medio burlona que usaba cuando
Las nuevas experiencias y la nueva convivencia puede ser que el ser humano cambie y olvide de sus propios objetivos, como lo estan pasando a Jack y Lucia, que antes estaban pendiente de las horas que transcurrían para el cambio de mundos. Y ahora entre las salidas al mercado, las comidas improvisadas y las peleas por tonterías, el misterio parecía haberse escondido en un rincón de sus mentes. Pero cuando menos lo esperes, las consecuencias tendra que llegar y direccionar el camino. La lluvia se había detenido al amanecer, pero el cielo seguía cubierto, como si se negara a decidir si quería abrirse o no. Lucía bostezó mientras se servía té. La cocina estaba en silencio… demasiado silencio.—¿Y Óscar? —preguntó Lucía, mirando alrededor.—Salió a comprar algo —respondió Jack desde la mesa, hojeando su libreta—. No me dijo qué.Lucia mirandolo, sus labios dibujaron una mueca, como si el ambiente tan deseprecupada de antes no hubiera existido, ambos están callados. Es cuando Jack interrup
La lluvia había empezado a golpear las ventanas a eso de las tres de la mañana. Jack, que llevaba horas en vela, estaba en la cocina preparando café. No porque lo necesitara, sino porque era su excusa favorita para pensar.En su libreta había dibujado de memoria el patrón que vio en el cuello de Lucía. Era como una red de raíces finas, ramificándose. La tinta negra no le hacía justicia a lo que recordaba: había algo vivo en esa forma.—¿Qué demonios eres…? —murmuró, mirando el dibujo.Detrás de él, se escuchó el arrastre suave de unas pantuflas. Óscar apareció con una sudadera gris y el cabello revuelto, como si hubiera luchado con la almohada.—Vaya, el científico en plena faena —comentó, sirviéndose café sin preguntar.—Los científicos trabajamos cuando otros duermen —replicó Jack, sin apartar la vista del dibujo.—O cuando están demasiado tensos para dormir —añadió Óscar, dándole un sorbo largo.Jack finalmente levantó la cabeza. —¿Siempre eres así de entrometido o es un don que d
La mañana llegó demasiado pronto para Lucía. Abrió un ojo y lo primero que vio fue la silueta de Jack en la cocina, preparando café como si fuera una operación quirúrgica.—¿Qué hora es? —preguntó desde el sofá, todavía envuelta en la manta.—Hora de que te levantes —respondió él sin mirarla, vertiendo el líquido con una precisión que haría llorar a cualquier barista—. Y de que desayunes algo que no sea azúcar pura.—Qué romántico eres —murmuró, arrastrándose hasta la mesa.No había terminado el primer sorbo de café cuando su teléfono vibró. Era Óscar.—¿Lista para una misión especial? —dijo al otro lado con tono conspirador.—Depende… ¿hay comida? —preguntó Lucía.—Mucha. Y es sorpresa.Antes de que pudiera responder, Jack intervino:—¿Quién es? —Su voz sonó neutral, pero su ceja arqueada contaba otra historia.—Mi amigo Óscar —contestó Lucía, enfatizando la palabra amigo.Jack dejó la taza sobre la mesa. —¿Sorpresa? Eso suena a improvisación.—Es diversión. Algo que deberías googl
La campanita del supermercado sonó cuando salieron. Lucía llevaba dos bolsas llenas y una sonrisa satisfecha.—¿Ves? No fue tan caro… —dijo, aunque su tono se quebró un poco al recordar la cuenta.Jack la miró de reojo.—Tienes un concepto extraño de “barato”.—Y tú uno muy deprimente de “diversión” —replicó, ajustando la bolsa en el brazo.Él no respondió, pero sí alargó la mano para tomarle una de las bolsas. Lucía se quedó viéndolo como si acabara de presenciar un eclipse.—¿Estás… ayudándome? —preguntó en tono teatral.—No es por ti. Es para que no te tropieces y termines rompiendo lo que acabamos de comprar.Lucía resopló.—Sabes que no soy tan torpe.Jack no dijo nada, pero su media sonrisa la irritó lo suficiente como para soltar:—El día que sonrías como una persona normal, voy a creer que eres humano.Caminaron entre calles tranquilas, con el cielo teñido de naranja por el atardecer. Fue entonces cuando Lucía sintió una punzada en el brazo izquierdo. No era dolor exactamente…
El tiempo nunca se detiene , una ley indiscutible. Pero para ellos, en ese instante, pareció hacerlo.Jack sintió una mirada fija en él, una luz intensa en aquellos ojos que no dejaban de observarlo. Unos labios suaves, de un color melocotón irresistible, lo tentaban a tocarlos.Por otro lado, Lucía sintió cómo unas manos se posaban con delicadeza en su cadera. El calor que transmitían era reconfortante. Tener su rostro tan cerca de él…Lindo… un ángel… me enamora… —pensó Lucía, perdida en el momento.El rugido de una moto alejándose y el murmullo de la gente irrumpieron en su burbuja, devolviéndolos a la realidad.¿Por qué mi cuerpo se siente tan liviano? —se preguntó Lucía para si sola, justo antes de que Jack la soltara.—¡AY, mi trasero! —se quejó, sentada en el suelo, frotándose con una muñeca de dolor—. ¿Un ángel? ¡Eres un maldito demonio!Jack la miró sin inmutarse.—Párate. Tengo hambre —dijo con indiferencia antes de girarse y caminar hacia la puerta del supermercado.Lucía, a
Último capítulo