Capítulo 24.
-No en mi guardia. – Dije tratando de enfocar y fallando miserablemente. Mi visión estaba un poco borrosa pero eso no me impidió apuntar directo hacia la mancha que intentaba colarse.
Los amigos siempre tocaban a la puerta. Los enemigos no tenían esa cortesía.
Comencé a disparar mientras mi visión tardaba en regresar. Debía proteger esta casa y a sus habitantes a como diera lugar. Me arrastré hacia atrás sin dejar de disparar para cubrir a Paula mientras rezaba porque estuviera bien.
Mis oídos no eran tan sensibles como los de ella, así que esperaba que alguien llegara pronto a cubrirnos para poder asegurarme de que estuviera bien.
Me estaba quedando sin balas y maldije por primera vez a los tipos que me habían quitado la mitad de mi visión. El enojo fue el combustible perfecto para enfocarme y seguir disparando a cualquier cosa que entrara por la ventana aunque yo solo viera un borrón de color.
El momento que más temía estaba llegando: Me quedaban solo dos balas y, a menos de que Paul