Capítulo 57.
Yo respiré y Alan relajó su postura en cuanto el señor Frederick pasó de largo. Se posicionó justo donde terminaban las raíces del árbol de Luna Felicia y comenzaba el Lago.
Ambos observamos curiosos al lobo mayor cortarse profundamente la palma de su mano.
-Gran Madre, he venido hasta aquí para darte una ofrenda y hacerte una petición. - Dijo derramando su sangre en las tranquilas aguas.
En los primeros segundos de calma, no sucedió nada. Entonces una burbuja salió a la superficie acompañada de otra... hasta que un montón de burbujas brotaron desde el fondo. Alan me jaló contra su pecho en actitud protectora y yo me quedé inmóvil.
El Lago comenzó a iluminarse de un tono azul claro y de él, a unos cuantos pasos surgió una enorme plataforma negra.
Yo miré a Alan.
-¿Eso siempre ha estado ahí? - Pregunté en un murmullo.
Miró de la plataforma hacia mí.
-Miraré cada centímetro del territorio con una jodida lupa. - Respondió y luego habló un poco más fuerte. - Lobo Frederick, ¿Cómo sabí