Capítulo 349
—¿De qué hablas? —respondió él, con una frialdad cortante—. Soy alérgico a las avellanas.

Vitoria lo miró, perpleja.

—¡No puede ser, eso es imposible!

Gabriela también posó los ojos en Álvaro. Recordó que Emiliano padecía la misma alergia. ¿Había más similitudes entre los dos además de su apariencia?

Álvaro notó la mirada de Gabriela y se la devolvió. Sin saber por qué lo observaba así, le sonrió con absoluta tranquilidad. Luego, sin pensarlo dos veces, entrelazó sus dedos con los de ella, sujetándola con firmeza. Gabriela reaccionó e intentó soltar su mano, pero él la sostuvo sin moverse ni un ápice.

—… —Gabriela permaneció en un silencio indescriptible.

Mientras tanto, Vitoria, sin más remedio, fue sacada del lugar por el equipo de Kian. Era de esperarse que los rumores sobre el supuesto robo de Cintia ya hubieran circulado en ciertos círculos, pues, para armar su trampa, Vitoria había alardeado de que el collar estaba perdido y quería culpar a Cintia. Además, si su intención era hum
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