Mundo ficciónIniciar sesiónAhora mismo me arrepentía de haber venido. Cada palabra suya era fuego encendido sobre mi piel, pero no podía, no iba a permitir que él lo supiera. Alcé el mentón, fingiendo una seguridad que podía desmoronarse en cualquier segundo.
—¿Qué quiere decir? —dije, retrocediendo, mirando cómo él avanzaba despacio con las manos en los bolsillos, sonriendo maliciosamente—. Disculpe, solo jugué un poco. No se detuvo hasta estar junto a mí, tan cerca que choqué con la pared a mi espalda mientras retrocedía. Él era más alto que yo, a pesar de los tacones que llevaba. Aguanté la respiración, sin atreverme a levantar el rostro para mirarlo. Me tomó la barbilla y me obligó a mirarlo. ¡Rayos, qué bien olía! Era lo único en lo que podía pensar mientras sentía su respiració






