Mundo ficciónIniciar sesiónMe quedo sin aire por un segundo, sintiendo cómo su mirada atraviesa cada barrera que intento poner entre nosotros. Las palabras que quiero decir se atascan en mi garganta, pero sé que si me muestro débil ahora, será peor. Por eso me lleno de valor, haciendo como que no escuché su amenaza contra mi novio.
—¿Y a mí qué me importa que a él no le guste? A mí es a quien le tiene que gustar, y me gusta mucho. ¡Es mi novio, no está incluido en el trato! —digo con vehemencia, decidida a mantener lo acordado—. ¡Aténgase al contrato y deje de querer meterse en mi vida! Ahora escójame un vestido. Se queda callado mirándome, pero yo no le tengo miedo. Ya lo estoy conociendo; parece que me tiene cierta debilidad y, por eso, deja que me porte como quiera con él. Aunque un escalofrío me recorre, me aguanto. Ahora entiendo lo que &eac






