Mundo ficciónIniciar sesiónMi mirada se cruzó con la suya, y por un momento quise explicarle todo, cada detalle, cada razón detrás de mi decisión. Minetti no era solo un hombre; era un enigma, una fuerza imparable capaz de destruir cualquier cosa que se interpusiera en su camino. Era el rey del mundo oscuro que se movía sin que el gobierno pudiera hacer nada.
—Déjame que te cuente todo y verás que, aunque quiera, no puedo escapar de estos tres años que estipula el contrato —le dije con tristeza—. Soy culpable, Migue, lo soy, y estoy en sus garras sin poder escapar. —¿Cómo que no puedes escapar? —preguntó aterrado—. ¡Nos iremos lejos con todos, pero tienes que escapar! ¡Tenemos que hacerlo! ¡Vámonos fuera de Italia! Migue no entendía. Su mundo era puro, intacto, una ilusión amparada en la ignorancia. No sabía lo que era e






