Mundo ficciónIniciar sesiónLILIAN:
Sacudí la cabeza cuando la pregunta de Migue volvió a mi mente: "¿No te estás enamorando de tu esposo?" Era una idea absurda. Alessandro y yo teníamos un acuerdo: puntos claros y líneas definidas. Incluso si ahora habíamos cruzado una línea.
—¡Tierra llamando a Lili! —la voz de Migue me sacó de mi ensimismamiento—. ¿Vas a quedarte plantada ahí como un poste o vas a entrar? ¿Qué cosa es lo que dijiste? Cuenta, cuenta rápido. —¡Ale me dejó conducir un Ferrari rojo original! —le dije con una sonrisa triunfante. Migue abrió la boca, y durante un segundo pensé que iba a decir algo realmente brillante, pero lo único que salió fue una risa incrédula. —¡Hostia, no me jodas, Lili! ¿Tú, manejando un Ferrari? —exclam&oacu






