Capítulo — El brillo en el bastón y la traición
La mañana lo encontró con un ánimo extraño. Samuel, después de tantos días de tensiones, había despertado con una certeza nueva en el pecho: iba por buen camino.
El recuerdo del beso con Victoria todavía lo perseguía como un fuego tibio. No había sido largo, ni planeado, ni perfecto. Pero había sido real. La fuerza de sus labios sobre los de ella, el temblor que le recorrió el cuerpo, la manera en que por primera vez dejaron de pelear y simplemente se encontraron… Ese instante lo sostenía.
Mientras se acomodaba la corbata frente al espejo, pensó: vamos bien.
Ella confiaba en él, aunque fuera a su manera, aunque aún levantara muros de hierro. La había visto sonreír con ternura después de tanto tiempo, y eso bastaba para alimentar la fe que necesitaba.
Bajó las escaleras con el portafolio en la mano. Adentro, cuidadosamente ordenados, llevaba contratos, informes, balances. Había estado reuniendo todo para entregárselo a los aboga