Volvi a la oficina, ya que Kat no me había dejado explicarle nada y se habia ido; ya más tarde, con calma, le contaría lo que habíamos decidido hacer.
— Todos están de acuerdo en reducir un poco su sueldo — me dijo.
Yo asentí con la cabeza. Con la venta de mi apartamento, podíamos costear lo que nos faltaba. Si mi padre creía que iba a presionarme con el dinero, estaba muy equivocado.
— ¿Qué te dijo Kat? — me preguntó Jona.
— No pude alcanzarla. Cuando salí, ya se había ido. Pero hablaré con ella más tarde — le contesté con una sonrisa.
Yo salí de la oficina, y Nora se acercó a mí.
— ¿Los van a despedir? — me preguntó.
Yo le sonreí y negué con la cabeza.
— Todo está bien, así que no te preocupes — le dije para tranquilizarla.
Ella frunció el ceño, pero después asintió con una sonrisa.
— ¿Por qué no la dejas? — me preguntó.
— La amo, y ella me ama. Así que no vuelvas a hacerme ese tipo de preguntas. Ahora mejor volvamos al trabajo; quiero adelantar un poco — le dije.
Ella as