56. No voy a permitirlo
Michael estaba fascinado por la forma en que Sophie se entregaba a él siempre intentando mantener la distancia pero era obvio que cuando la tocaba simplemente no podía más que dejarse llevar y acceder a sus deseos, a los que ella misma tenía.
La sintió retorcerse bajo su cuerpo cuando llegó al orgasmo y en apenas un par de embestidas más se derramó en su interior, llenándola con su semilla.
— Sophie… mi Sophie…
Dijo apoyando su peso sobre los codos para no dejar caer su peso sobre ella, dejó un nuevo beso en sus labios y saliendo de ella se dejó caer a un lado de la cama.
Sophie gimió una vez más al sentirlo derramarse en su interior, ese calor que la llenaba y alargaba su placer.
La atrajo en un abrazo y la pegó a su cuerpo sintiendo como sus respiraciones intentaban acompasarse.
— Está bien Sophie…— dijo Michael acariciándole el rostro antes de dejar un suave beso en sus labios — lo dirás cuando estés preparada, todo lo que tenía que saber me lo ha dejado claro tu cuerpo.
No tardaro