Juan, con la intención de incomodar a Leonora, se inclinó hacia un lado y sonrió con un tono de prueba: —Mario, ¡veo que Leonora también está aquí!
Mario jugaba con un encendedor, sin decir palabra.
Juan estaba seguro de que a Mario no le importaba Leonora, así que llamó a Leonora, que estaba en el escenario: —¡Leonora!
Leonora miró hacia él.
Sabía que Juan no tenía buenas intenciones, pero Pablo también estaba allí, y tenía que respetarlo.
Leonora se acercó, y Juan le sirvió tres copas de vino tinto.
Juan habló de manera cortés: —Leonora, ¡no esperaba encontrarte aquí! Cuando te casaste con Mario, Sofía estaba molesta e hizo un escándalo. Hoy vengo a disculparme en su nombre.
Juan, acostumbrado a socializar, ¿qué tal su tolerancia al alcohol?
Tres copas de vino tinto eran como beber agua para él.
Después de beberlas, miró fijamente a Leonora: —Leonora, como la señora Lewis, ¿no me mirarás por encima del hombro y me negarás este favor, verdad?
Pablo, sentado, apoyaba su barbilla con un