Marina también vio el video en el celular de Diego.
Ella bajó en ese momento la cabeza y movió los pies, sintiéndolos un poco entumecidos.
Diego pausó el video, tomó un par de pantuflas planas del hotel, y se inclinó un poco para ponérselas junto a los pies de Marina.
—Cámbiatelas.
Luego continuó viendo muy tranquilo el video. Al terminar, frunció el ceño:
—¿por qué las mujeres disfrutan tanto con estos trucos?
Marina se puso las pantuflas y levantó al instante la cabeza:
—¿Y a los hombres por qué les gusta tanto el juego de salvar a la damisela en apuros?
Diego solo pudo calificarlo con una sola palabra:
—Absurdo.
Marina con una voz frágil y forzada le dijo:
—Esto es amor. El amor embellece absolutamente todo...
—En efecto, esto es amor. La amante viene a buscar problemas, mientras la esposa legítima sigue amando a un verdadero patán.
Diego se rio con desprecio, le dio una mirada hacia Marina como si estuviera viendo a alguien con una mente realmente enloquecida.
Marina instintivamen