Capítulo 591
Ya era hora de buscar en otro lado. Diego tomó con firmeza la mano de Marina mientras subían al segundo piso y entraban a la habitación. Renato no los siguió.

Después de ducharse, Marina salió y vio a Diego concentrado mirando fijamente un mapa. Ella tomó una botella de agua, se la pasó y se sentó a su lado.

—Diego, ¿alguna idea al respecto?

Diego tomó el agua, la miró un momento y contestó:

—La siguiente parada, buscar en los barrios cercanos.

Marina sorprendida, miró la ruta, dijo:

—Mmm, entonces vamos a los Álamos.

Diego encendió la computadora y revisó los archivos de las personas que ya habían estado por ahí.

—Perfecto, intentémoslo una vez más.

Luego la abrazó, acurrucándola contra su pecho. Marina se acomodó y cerró los ojos.

A pesar de que el camino parecía largo y difícil de transitar, lo único que podían hacer era esperar y rezar para que algún día encontraran a su hija.

A la mañana siguiente, empacaron sus cosas y partieron rumbo a los Álamos.

El auto avanzaba a saltos por e
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