Capítulo 459
—Nuestra jefa en realidad es bien buena onda, solo haz tu trabajo y mantén la boca cerrada.

Fernando, mientras manejaba, le daba instrucciones al joven que estaba en el asiento del copiloto.

Ricardo aceptó con una sonrisa inocente.

—Sí, Fernando, tranquilo, soy rediscreto.

...

Fernando no estaba tan tranquilo, de todos modos.

Ricardo era su compañero, y los dos habían tenido al mismo mentor, quien, por alguna razón, insistió mucho en recomendar a Ricardo para este cargo.

Marina estaba en la sala esperando a que Fernando llegara. Hoy tenía que mudarse a su nueva casa.

Yolanda, sin parar un momento de hablar, le dijo:

—Marina, ¿por qué no te quedas a vivir conmigo? ¡Así no estás sola!

Marina le acarició con cariño el cabello y le respondió:

—No quiero interrumpirles.

Si se quedaba allí, Victor y Yolanda no podrían hablar tranquilos.

Poco después, Fernando entró a la sala acompañado de Ricardo.

—Ella es nuestra jefa, señorita Marina —dijo respetuoso Fernando—. Jefa, él es Ricardo, tu nuev
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