El verdadero cerebro detrás de todo esto era Matías. No intentó disimularlo y, de hecho, no le importaba que ella lo descubriera. Era evidente que quería darle una severa lección a Marina.
Marina soltó una risa amarga. La familia Cabello realmente protegía a Leticia.
Al ver la expresión despectiva de Eric, sonrió ligeramente y le dijo:
—Fernando, lleva estos documentos y entrega a Eric a la señora Catalina.
Fernando obedeció y dio una señal a los guardaespaldas para que sacaran a Eric.
Marina, calmada, no dejó que el asunto la afectara en lo más mínimo y continuó:
—Fernando, asegúrate de que alguien vigile de cerca a Matías. Si tiene que viajar, organiza para que le envíen a unos hombres... más... atractivos.
Fernando, un poco confundido, dudo por un instante antes de preguntar:
—¿Hombres?
—Sí, hombres —respondió sin la mínima vacilación.
—Entendido —dijo Fernando, recuperando su compostura.
Por la tarde, Marina y Diego, acompañados de Yulia, fueron entusiastas a visitar varias guarder