Capítulo 256
Mientras hablaba con Marina por el celular, Yolanda escuchó que tocaban a la puerta de su habitación.

—Marina, espera un momento, alguien está aquí. Voy a abrir.

Abrió la puerta y se encontró con Leticia.

—Yolanda, tus padres están en la sala, esperándote —dijo Leticia con una suave sonrisa.

—Muchas gracias —contestó Yolanda disgustada—. ¿Quién les permitió entrar?

Leticia le devolvió una sonrisa cordial antes de retirarse en silencio.

—Voy a bajar un momento, mis padres llegaron —le dijo Yolanda a Marina mientras colgaba la llamada.

—Diego no está, así que ten cuidado y mantente alejada de esos condenados gemelos —le advirtió Marina, preocupada.

—Sí, sí, ya lo sé. Ahora son la joya de la familia Herrera —respondió Yolanda antes de colgar.

Suspirando, se pasó la mano por el rostro para calmarse y salió de la habitación, bajando las escaleras. En la sala, solo estaban sus padres; la señora Vera había salido a un desfile de moda y Leticia ya no estaba allí.

Su madre, Julieta, la observab
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