Capítulo 146
Por suerte, en la sala de descanso había varios trajes de repuesto. Después de terminar su sándwich, Luis fue a cepillarse los dientes. Con la mirada burlona de Marina encima, se apresuró a ponerse el traje.

Al salir, ella sostenía una corbata. Luis levantó el mentón.

—Marina, ¿no crees que esa corbata es bastante fea?

Marina, sin inmutarse, le ató la corbata con total destreza.

—Tu gusto en realidad es pésimo —replicó.

Luis la miró de reojo.

—Acabo de darme cuenta de algo.

Marina levantó la vista.

—¿Ah, sí?

Luis suspiró.

—Eres...

La secretaria que había contratado era demasiado llamativa para su gusto, y su comportamiento desinhibido le resultaba algo incómodo, pero no tenía otra opción.

Marina, ignorándolo por completo, miró de reojo la hora.

—Es hora de irnos —le anunció.

...

Los asistentes a la conferencia de Marbesol eran figuras clave de la industria tecnológica.

Los reporteros se apresuraban a entrevistar a los líderes del sector, tratando de captar sus opiniones sobre las tende
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