En cuanto a la situación específica, tampoco la conocía bien, así que prefería no hablar sin fundamento.
—¿José no te dijo nada?
Al mencionar esto, Olaia se irritó sin razón aparente, frunciendo el ceño: —No, le pregunté amablemente y simplemente se dio la vuelta.
—Si lo vuelvo a llamar, no me contestará. Envié un mensaje y se lo tragó la tierra.
—¿Qué significa eso? ¿Mateo no te ha devuelto la llamada?
—Sí, lo hizo.
Pero seguía inquieta y nerviosa.
—Dijo que solo había un problema con la colaboración, pero yo sé que algo le ha pasado.
Olaia, al escuchar eso, reflexionó y comentó: —Es cierto que en el extranjero no es tan seguro como aquí, pero ahora es mejor que antes. Mateo es muy inteligente y seguramente no le pasará nada.
—No te hagas ideas, tal vez solo está ocupado y no quiere hacer esperar a sus socios. En el extranjero no puede recibir el mismo trato que en casa, donde todos lo adulan y se adaptan a su horario.
—Está bien, no pienses más en eso.
—Dijo que regresaría pronto, as