— ¿Qué se supone que es esto? ¿Otra obra de teatro?
De repente, una voz masculina, baja y despreocupada, rompió el silencio.
— ¿Acaso sabían que volvíamos y montaron todo un espectáculo?
Olaia miró a Delia, sorprendida.
— ¿Cómo que regresaste?
Delia le dio un toque en la frente: — ¿Con semejante escándalo y pensaste que no me enteraría?
Olaia, confiando en que Eloy no era de los que no cumplen su palabra, preguntó: — ¿Y cómo lo supiste?
Delia señaló a Mateo.
Todo quedó claro con un simple gesto.
Olaia entendió al instante, tomó la mano de Delia y le dijo: — No somos unas niñas. Yo y José podemos manejar esto. Ustedes hagan lo suyo.
Delia, sin perder su tono tranquilo, replicó: — Lo que tienes que hacer es más importante que jugar..
— ¡José!
Olaia iba a decir algo más, pero entonces escuchó un llanto desgarrador.
Se giró y vio a Paula, completamente volcada en los brazos de José.
En ese momento, había permanecido quieta, con la sensación de que Paula, siendo como era, no se haría daño a