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Qué coincidencia tan extraña.
Olaia y José se miraron un momento, y fue José quien preguntó: — ¿Y si hay un hacker experto, tampoco podría recuperarlo?
El empleado de la sala de monitoreo no conocía la identidad de José, pero viendo la manera tan deferente con la que su jefe lo trataba, dedujo que debía ser alguien de gran importancia.
No se atrevió a contradecirlo, así que explicó con cautela: — La persona que diseñó este sistema tampoco podría recuperarlo.
— No se trata solo de borrar un archivo y que un programador o hacker lo recupere. Es un sistema de autodestrucción, más bien de autolimpieza. Los datos que se eliminan no se pueden recuperar.
Al escuchar esto, los ojos de José brillaron con frialdad: — ¿Dónde está el disco duro?
El empleado le entregó el disco duro que había sacado del agua.
José lo tomó y, sin cambiar de expresión, se dirigió al dueño del hotel: — Tu computadora, tus cuentas en la nube, todo lo que tengas, me lo entregas.
— Claro, tengo amigos en el área de m