Capítulo 108: Madre e hijo.
La mirada de Donovan recorrió la mesa con calma, hasta posarse en los ojos de su madre. Ella mantenía el rostro impasible, con esa mezcla de orgullo y distancia que siempre lo desconcertaba.
Rosalind respiró profundo, reuniendo todo el valor que pudo, y finalmente se animó a romper el silencio.
—Yo lo amo —dijo con voz firme, sin titubeos—. Entiendo la vida que lleva, los deberes que su apellido le impone… Y si tengo que esperar a mi ceremonia, lo haré con orgullo.
Luego, sus ojos azules buscaron a doña Jacqueline, casi como si buscara dejarle claro que… No iba a dejarlo. No iba a renunciar nunca a su futuro con Donovan Ainsworth.
—¿Verdad, madre?~ —sonrió Rosalind.
El aire pareció detenerse por un instante. Jacqueline la miró con cuidado, midiendo cada palabra antes de responder.
—Por supuesto, querida —dijo con una dulzura fingida, contenida y profesional—. La familia Ainsworth ya está trabajando en ello. Y todos los presentes aquí recibirán su invitación.
El tintineo de