Capítulo 107: Quiero hacerlo feliz.
Los rayos del sol se colaban a través de los amplios ventanales azulados del Marine Crystal Hall, reflejándose en destellos sobre las mesas cuidadosamente adornadas con lirios blancos y finas copas de cristal.
La brisa fresca del mar se colaba por los balcones abiertos, mientras un cuarteto de cuerdas tejía melodías que se entrelazaban con el murmullo tranquilo de los invitados.
El tintineo de las copas resonó con un suave "clink" cuando Donovan Ainsworth se puso de pie.
Su presencia imponía respeto inmediato; el traje oscuro que vestía acentuaba su porte firme, y la calma profunda en sus ojos parecía absorber la atención de todos.
A su lado sentada, estaba Rosalind, llevaba un vestido color marfil que contrastaba con su piel pálida, sintió cómo un leve temblor recorría su pecho.
—Señoras y señores —comenzó Donovan con una voz profunda y serena—, bienvenidos a Brighton. Hoy marca el inicio de una temporada dedicada a celebrar el arte, la música y la gastronomía.
Su voz, clara y