C80: Como si fueran una pareja feliz.
Ámbar lo miró con un asombro. Sus ojos, grandes y expresivos, se abrieron de par en par mientras lo observaba y una sonrisa comenzó a formarse en sus labios.
—¿En serio? —preguntó ella.
Raymond asintió despacio, con esa serenidad que lo caracterizaba. Giró el rostro para mirarla por un momento, y la luz del sol que se filtraba por la ventanilla iluminó sus facciones con un matiz cálido. Su expresión, sin embargo, no era del todo tranquila. Había en él un dejo de conflicto, un leve temblor en la mirada.
—Una vez dije —comenzó— que si algún día decidías divorciarte de mí para volver con Vidal, para formar una familia con él y criar a ese hijo juntos, yo te dejaría libre. Porque esa sería tu decisión, y yo jamás sería capaz de retenerte en contra de tu voluntad —hizo una pausa larga, mientras mantenía la vista en el horizonte. La forma en que sus manos se aferraban al volante denotaba cierta tensión, una emoción profunda que trataba de mantener bajo control—. Pero ahora… ahora me cuesta