Lágrimas.
Lucía volvió a su posición anterior y enderezó su postura, mirando a su compañera con un ligero ceño fruncido.
—Ha sido entretenido, pero tengo que ir a casa y organizar las actividades para la siguiente clase —acotó Adrien, guardando su teléfono móvil en el bolsillo de su abrigo.
—Si siguen con la idea de llevar a los niños a Eco-Emballages, puedo hablar con Alicia al respecto para organizar una visita a una de sus plantas de reciclaje —propuso, mirándolos a cada uno.
—¿Harías eso por nosotros, Logan, querido? —preguntó Pauline.
—En efecto. No es ningún problema —replicó.
Después de intercambiar unas cuantas palabras más y de haber intercambiado número de teléfono con cada uno, Pauline, Roxana y Adrien se despidieron, asegurando que lo estarían llamando para juntarse de nuevo y compartir un café.
Miró a Lucía y ella tenía una pequeña sonrisa en los labios mientras miraba a sus colegas salir de la cafetería.
—Ciertamente son buenas personas y sí, me sentí un poco acosado con tantas pr