Refrescante, nuevo y agradable.
Honestamente, al principio se sintió como Tarzán en su primer día fuera de la selva. Era la primera vez que se encontraba en una situación en la que no sentía que tenía el control absoluto y era un poco abrumador. Si bien tuvo un instante de duda antes de aceptar conocer a personas que no pertenecían a su círculo social, ahora que lo había hecho, esa duda había desaparecido, siendo reemplazado por una sensación extraña y desconocida. Era como estar en un terreno nuevo, sin tener el suficiente conocimiento para saber cómo y de qué manera actuar. Sin embargo, a medida que transcurría el tiempo, se dio cuenta de que no le estaba resultando difícil interactuar, hablar e intercambiar ideas con personas que no pertenecían a su distinguido círculo de élite. Era como estar viviendo una experiencia nueva y hasta el momento, le era agradable.
Por ser quien era, conocía a muchísimas personas, pero nunca perteneció a un grupo como tal. Nunca tuvo amigos con quienes compartir un simple café y char