Impuntualidad.
Si había algo que lo irritaba y molestaba era la impuntualidad. Era ese tipo de personas que siempre llegaban a tal sitio con varios minutos de antelación o, en última instancia, justo a la hora acordada.
Después de la breve charla acalorada que tuvo con Lucía por teléfono, el humor de Logan solo empeoró. Comenzaba a detestar a la mujer, sobre todo por la actitud desafiante que empleaba para con él, como si con eso ella ganaría algo. Por esta vez, sin embargo, Logan había dado su brazo a torcer cuando no insistió en mandarle un coche para que la trajera al restaurante y dejó que ella viniera por su cuenta. Todo hubiera estado bien si Lucía no hubiera llegado cinco minutos tarde, pero lo hizo y ahora tendría que saldar las consecuencias. Dicha consecuencia era el humor voluble de Logan. Ni siquiera la había mirado dos veces y soltó las palabras con un tono helado cuando le recalcó que llegó cinco minutos tarde y que detestaba la impuntualidad. Aun así, hizo todo lo posible para actuar