El cielo también lloró.
No valía la pena, ¿cierto? No lo creía, pero la determinación estaba pendiendo de un delgado hilo ahora mismo…
«—¿Por qué haces esto? ¿Por qué estás tirando a la basura nuestra relación? Te amo, Gina, y…
—También te amo, Logan, pero estoy pensando en mi futuro y no me veo cuidando a tu hermana. No nos veo formando una familia con tu hermana en medio.
—Por Dios, Gina, Elisa es una persona independiente y ella no…
—No lo es. Tu hermana está en silla de ruedas, necesita cuidados, Logan, y yo solo… No puedo con esto. No quiero esto. Lo siento.
—No. Tú no puedes decidir por mí. Yo no quiero que terminemos. No lo acepto.
—Ya no puedo tener esto. —Las lágrimas le nublaron la vista, pero logró ver como Gina dejaba el anillo sobre la mesita de noche—. Por más que te ame con todo mi corazón, no me casaré contigo, Logan.
—Por favor, hablemos y…
—Adiós, Logan…».
Malditos recuerdos. Maldita sea la bendita casualidad. Tendría que ser una maldita jugarreta del destino, no había otra explicación. No,