Al día siguiente, Leila decide ir a ver a Tatum por lo de la citación y establece un vínculo mental con él.
'Necesito verte'.
'Estoy ocupado'.
'No es sobre el divorcio, te lo prometo', dice, frunciendo el ceño, sabiendo que él la está evitando como de costumbre.
Tatum permanece en silencio un rato.
'Bien, estoy en casa, la de enfrente'.
Cuando Leila entra en la casa de Tatum, la que es tan grande y tiene tantas habitaciones como la suya, apenas está amueblada, un solo sofá en la sala de estar, ni televisión, ni alfombras, ni retratos, nada excepto un agradable olor que flota en el aire.
Es bastante obvio que solo viene aquí por ella.
"¡Tatum!". Grita y su voz resuena en el espacio vacío.
"Cocina", es su respuesta.
¿Está cocinando? ¿Desde cuándo aprendió a cocinar? Aquel día con Amara, pensó que solo estaba trasteando por el bien de Amara.
Bueno, cinco años es mucho tiempo para aprender algo.
Tatum no se da la vuelta ni deja de revolver cuando ella entra, está sin camiseta y