TRAVIS
—Me mandó a llamar, señor.
Sophie Summers.
Nunca podría acostumbrarme a su presencia, ni siquiera cuando yo era quien la solicitaba.
—Siéntate —ordené, apenas mirándola.
Conociendo lo desafiante que podía ser, esperaba algún tipo de réplica, pero obedeció en silencio, acomodándose en uno de los asientos frente a mi escritorio.
Había estado esperando ese momento todo el fin de semana. El momento de corregir todos los estúpidos errores que había cometido en solo una semana y pocos días de conocerla. El hecho de que hubiese logrado atravesar los muros que tardé un año en construir, en apenas unos días no me resultó exactamente sorprendente.
Siempre había sido así: demasiado accesible, compasivo y... simple. El tipo que no podía ignorar a alguien necesitado, que sentía demasiado pronto y demasiado intensamente, el que se lanzaba de cabeza a resolver problemas que ni siquiera eran suyos. ¿Y dónde me había llevado eso? Solo por un camino: al desamor.
Me encontré yendo por ese camino