Ethan

El aire estaba cargado, denso, casi tangible, como si cada respiración se convirtiera en un peso que me aplastaba el pecho. Desde la noche en que León y yo nos vimos en aquel callejón, algo en mí había cambiado, como si cada pieza que antes parecía suelta comenzara a encajar, aunque fuera en un rompecabezas oscuro y doloroso.

El grupo. Esas personas que se movían entre las sombras, como figuras borrosas en mis pesadillas, siempre observando, siempre un paso adelante. Desde que Clara me había contado sobre ellos y su relación con los espejos, mi mente no había tenido un solo momento de descanso.

Me levanté de la cama, caminando de un lado a otro mientras la madrugada me envolvía en su fría presencia. Tenía el celular en la mano, repasando las últimas conversaciones con León, recordando cada palabra, cada mirada, cada momento en que sus ojos parecían pedirme que no lo dejara solo, aunque su boca no se atreviera a decirlo.

“¿Hasta dónde llega todo esto?”, me pregunté mientras pasa