León
El aire estaba denso en la habitación mientras Ethan y yo repasábamos cada detalle de lo que habíamos descubierto. La idea de ese grupo fanático, los portales, y Ana atrapada en medio de todo… me hacía sentir la presión como una sombra que crecía sin cesar, envolviendo cada latido de mi corazón con un peso que no podía ignorar.
Me crucé de brazos, caminando de un lado a otro, mientras Ethan me observaba con esa mezcla de miedo y determinación que siempre llevaba en los ojos, como si quisiera ser valiente incluso cuando el mundo se desmoronaba a su alrededor.
—No podemos subestimar lo que enfrentamos —le dije al fin, clavando la mirada en la suya, firme, para que entendiera la gravedad de mis palabras—. Ellos creen que están haciendo lo correcto, pero sus métodos son extremos, y están dispuestos a cualquier cosa para conseguirlo.
Recordé los mensajes anónimos, las amenazas veladas, y cómo habían estado observándonos desde hace semanas, tal vez meses. No sólo querían abrir el porta