Sombras de cristal
POV Ethan
No sé cuánto tiempo pasa antes de que León se calme. Lo observo, sentado en el borde de la vieja banca del templo, con el fragmento de espejo brillando en sus manos. Es un brillo tenue, casi imperceptible, pero cada vez que parpadea parece que late con un pulso propio, respirando con nosotros en la penumbra.
Lo observo porque no quiero perderme de nuevo. Porque lo conozco lo suficiente para saber que, aunque sus ojos estén secos, por dentro está rompiéndose en mil pedazos que no puedo pegar.
—¿Estás bien? —pregunto con suavidad.
Él no me responde, pero su mano se aferra al fragmento con tanta fuerza que sus nudillos se vuelven blancos. El pulso del fragmento se alinea con su respiración temblorosa.
Lucía se sienta en una esquina, encendiendo un incienso que llena el templo con un olor agrio, casi quemado. Sus ojos se clavan en mí de pronto, y me hace un gesto para acercarme.
—Necesitamos hablar de lo que viste en el espejo —dice con calma.
Me trago el nudo