Me levanto al sentir los rayos del sol pegar en mi cara, me paro y me dirijo al baño para hacer mis necesidades. Al salir, bajo a la cocina y me encuentro a Adam tomando café y leyendo el periódico.
— Hola — digo tímidamente, y él, al verme, se para y se acerca a mí.
— ¡Hey! Hola, hermosa, ¿cómo estás? — acaricia mi mejilla y siento cómo todo mi cuerpo se eriza por su contacto.
— Bien, gracias por quedarte ayer.
— No tienes que darme las gracias — le sonrío y me siento a desayunar.
— Pequeña, cuando termines, subes y te das un baño. Quiero que demos una vuelta juntos — lo miro sorprendida, ya que hace mucho no compartíamos tiempo juntos porque siempre estaba o con su novia o en su trabajo.
— Está bien — subo, me doy una ducha rápida y me coloco unos shorts y un crop top.
Mi teléfono suena y veo que es Eliot.
— Hola, amor — habla Eliot con su seductora voz.
— Hola, cariño.
— ¿Cómo estás, preciosa?
— Bien, ¿y tú?
— Bien, preciosa. Dime, ¿qué vas a hacer hoy? — M****a.
— Adam quiere que l