Al fin vamos a la cabaña a pasar nuestra noche de bodas. Después de despedirnos de todos, me encuentro tomada de la mano con mi marido. Suena genial **mi marido**; la verdad, nunca pensé que eso me fuera a pasar a mí. Nunca pensé en casarme y formar una familia. Todavía pienso que estoy en un sueño, pero si es un sueño, no quiero despertar nunca.
Cuando llegamos, no puedo evitar recorrer la casa con la mirada. A pesar de verse como una cabaña normal por fuera, por dentro es otra cosa. Todo tiene un diseño entre lo normal y lo moderno, lo que hace la casa más hermosa.
—Amor, esta casa es maravillosa.
—Podemos comprar una así —miro a Dante sin poder creer lo que está diciendo.
—¿Es en serio? —Él me sonríe y con su mano toma mi cintura, pegándome a su cuerpo.
—Sí, amor. Sería lindo tener una casa más familiar para poder criar a nuestros hijos.
Dios, ¿por qué es tan perfecto?
—Bueno, cuando lleguemos de nuestra luna de miel miraremos eso, porque la verdad sí me encantaría tener una casa co