Como el desayuno, aunque este queda a medias ya que la comida ni me pasa. Esta vez sí tomo un taxi porque no tengo deseos de caminar.
Cuando llego a la oficina, la m*****a chica del piso del jefe me mira mal, pero no le presto atención. Solo llego corriendo a mi oficina, tomo mi agenda y salgo disparada a la oficina de Ethan.
- Pensé que te ibas a dar el día - salto del susto al escuchar la voz de Ethan en la puerta de mi oficina.
- ¡Dios, qué susto me diste!
- ¿Cómo amaneces?
- Con algo de pena con usted, no sé lo que pasó anoche.
- Tranquila, no pasó nada. Simplemente me dijiste que no te querías quedar sola y me quedé acompañándote, eso fue todo - m****a, ¿en serio le dije eso? Ay, qué vergüenza, ahora cómo lo voy a mirar a la cara - Gabriella, no tengas vergüenza, no pasa nada.
- Es que... por Dios, usted es mi jefe, ¿cómo le voy a pedir que se quede? Lo siento mucho, yo...
- Gabriella, no se disculpe, para mí no fue ningún problema quedarme. Lo hice con mucho gusto - suelto el air