Sombras en la pantalla
Adrien llegó a su mansión y, al acercarse, las enormes puertas de hierro se abrieron lentamente, permitiendo la entrada de los autos. La propiedad era imponente, con una arquitectura clásica que combinaba detalles modernos y lujosos. Los jardines estaban impecablemente cuidados, con fuentes de agua iluminadas por luces tenues que reflejaban en la noche.
Alejandro miraba a todos lados con desconfianza. A su lado, Andrés hacía lo mismo, observando cada detalle, cada persona que se movía entre la penumbra de la noche. Ambos bajaron de sus autos, con sus cuerpos tensos y preparados para cualquier eventualidad. En la distancia, vieron a Adrien hablando con un grupo de hombres de apariencia ruda, vestíos de negro y con expresiones serias. Andrés entrecerró los ojos al reconocer a uno de ellos: había sido uno de los que contactó para encontrar a Camila. No dijo nada por el momento, pero guardó la información en su mente.
Adrien los llamó con un gesto, indicándoles que