En busca de justicia
El pasillo del hospital estaba envuelto en un silencio abrumador, interrumpido solo por el zumbido lejano de los monitores en la Unidad de Cuidados Intensivos. Alejandro caminaba detrás del médico con pasos pesados, cada uno de ellos resonando en su mente como un eco de su desesperación. Su pecho se comprimía con cada segundo que pasaba sin saber si Camila abriría los ojos nuevamente.
El doctor se detuvo frente a una puerta blanca con un pequeño ventanal. Le entregó a Alejandro un traje estéril para que se lo pusiera antes de entrar.
—Debes ponértelo antes de ingresar. Solo unos minutos, por favor.
Alejandro asintió sin pronunciar palabra. Sus manos temblaban levemente mientras se colocaba el traje, como si su cuerpo ya presintiera el dolor que estaba a punto de enfrentar. Una vez listo, el médico le indicó la puerta y él, sin dudar, la abrió lentamente.
El sonido de las máquinas llenó sus oídos. Allí, en medio de un sinfín de cables y monitores, estaba Camila. S