Capitulo 1

Kamila Stuart

13 de Octubre de 2012

—¡Vamos debemos de ir de fiesta!—insiste mi mejor amiga

—Tenemos examen este Lunes—le digo a Valentina

—Kami, es Sábado y estamos en Los Ángeles, debemos de ir y mover nuestras caderas y coquetear con hermosos chicos—me dice

—¿No te rendirás?—río

—No—sonríe

••••••••••

Dos horas más tarde estaba en uno de los club más famosos de todo Los Ángeles, que tenía de sus mejores servicios y sobre todo una buena música

Valentina contonea su cuerpo al ritmo de la música de la disco mientras que su vestido se le subía por los muslos dejando a la vista sus hermosas piernas

Me muevo a su lado sintiendo el sudor por mi cuerpo, la falda se me subía cada cierto rato pero me preocupaba de que no se viera nada

—¡Vamos por un trago!—grita a mi oído

—¡Claro!—acepto

Caminamos en medio de empujones de la gente hasta llegar a la barra donde pedimos una margarita, nos la sirven y llevó la pajilla a mis labios para beber de mi bebida

—¡Te dije que no ibas arrepentirte!—me dice Valentina

Niego riendo a la vez que me apoyaba en la barra, mis ojos captaron unos ojos azulados que me miraban desde el balcón de la zona VIP, unos hermosos ojos azules

Siento su mirada recorrer mi cuerpo y el calor se me sube a las mejillas, inclina su vaso hacia mí antes de llevarlo a sus labios para darle un trago y la manzana de Adan se mueve en su garganta por aquella acción

—Qué hombre más sexy—dice Valentina a mi lado

—Lo es—afirmó mientras bebía de mi bebida

El hombre se mueve de su lugar y lo pierdo de vista, bufo por aquello y unos minutos después volvemos a la pista de baile para seguir disfrutando de la noche

Un tipo de al menos veinte o veintiuno se acerca a Valentina para bailar con ella, ambos bailan muy pegados el uno a otro y puedo jurar que vi unos besos de por medio, bailo cerca de ella pero sin interrumpir el ligue de esta noche

Siento una respiracion en mi nuca junto unas manos fuertes en mi cintura, me sobresalto por aquello pero un beso en la parte inicial de mi espalda hace que me estremezca

—¿Cómo te llamas?—su voz ronca se hace presente por encima de la música

—Kamila—respondo y me volteo

Me pillo unos ojos azulados, esos mismo ojos de hace un momento, puedo notar su perfil más de cerca

Era mas alto que yo, mi cabeza llegaba hasta el centro de su pecho, vestia de un pantalon negro junto una camiseta blanca abotonada y arremangada hasta sus codos, una nariz respingada junto unos labios carnosos, su cabello negro perfectamente arreglado y un rasto de barba

—¿Cómo te llamas?—pregunto

—Mattheo—responde

—Un gusto Mattheo—sonrió de lado

—¿Vienes sola?—sus manos guían mis caderas en medio de la musica

—Estoy con una amiga—respondo

—¿Cuánto tienes?

—Diecinueve—confieso

Se sorprende pero asiente ligeramente, me invita un trago y yo no me niego, menos con este pedazo de hombre

Después de todo, no lo veria mas

••••••••••

El portazo resuena en la habitación a la vez que sus labios devoraban los míos, sus manos se aferran a mi cintura por encima de mi ropa, desabotono su camiseta blanca dejándola abierta y su torso a mi vista

Sus labios bajan a mi cuello mientras que con una mano se deshacía de los botones de mi falda, su brazo firmemente aferrado a mi cintura impidiendo que me aleje de él

Gimo cuando chupa mi cuello y me remuevo, su barba picando mi cuello y barbilla, le bajo la camisa dejandola en el suelo de la habitacion, se separa de mi para sacarme la blusa transparente negra dejandome en mi sujetador negro de encaje, con una mano me lo quita dejando mis senos al aire

Mis pezones totalmente erectos se hacían de notar, mis senos no eran ni pequeños ni grandes, eran medianos y me gustaba así, sus manos hacen un recorrido por mi cuerpo encendiendo aún más, sus dedos se enroscan en mis pezones enviando una vibración por mi cuerpo que me hace gemir

Suelto el cinturón de su pantalón y frunzo el ceño al sentir una funda, pero no era la funda lo que me preocupaba si no la forma que tenía la funda

Un arma

Tenía un arma

Pero mi atención fue interrumpida cuando sus dedos se encuentran con la tela de mi ropa interior, jadeo por la sensación y veo su sonrisa ladeada

—Estas humeda y lista para mi—dice Mattheo

Me da un beso lleno de deseo y a los minutos estoy acostada en la cama desnuda y abierta de piernas, el placer me nubla la mente y apenas logré entender que me pregunto en medio de sus caricias, así que solo asentí en respuesta

Su miembro se ubica en mi entrada y se hunde en mis pliegues vaginales sacandome un sonoro gemido, arqueo mi espalda clavando mis uñas en su piel mientras que me embestía con profundidad y rudeza llevándome al clímax

•••••••••

Amanezco desnuda y enrollada en una sábana, la luz del sol llega a mi cara provocando un quejido de mi parte, me remuevo en la cómoda cama y abro mis ojos

Me cuesta unos segundos acostumbrarme a la luz del sol pero lo logro, miro a mi alrededor y me encuentro sola en la habitación pero el sonido de la regadera se oía

Me siento en la cama afirmando la sabana contra mi pecho, la ropa desparramada me hace recordar la noche anterior

Tuve sexo

Y sexo del bueno y salvaje

Me encojo de hombros y me paro para vestirme y largarme a mi piso, me coloco la ropa y cuando me abrochaba la falda el tipo de anoche sale del baño con una toalla blanca amarrando su cintura dejándome ver su torso mojado

—Has despertado—su voz autoritaria y demandante hizo que me estremeciera

—Si y ya me voy—declaró

No hubo respuesta de su parte, tomó mis tacones y mi bolso para luego enfrentarlo, se había puesto unos boxer junto el pantalón, camino a la puerta de la habitación

—¿Quieres que te lleve?—pregunta

—No, conozco Los Ángeles

Salgo y camino por el gran piso y llego a la puerta principal para luego abrirla y largarme de aquel sitio

Finalmente fue sola una noche

••••••••

Nueve meses y medio más tarde

—¡Aaaah!—gritó adolorida

—Puja más fuerte

—¿¡Cómo quiere que puje mas fuerte si un bebe del tamaño de una sandía me está rompiendo la vagina!?—grito

Oh sí, estaba en una sala de partos abierta de piernas sobre una camilla con una doctora en medio de mis piernas con enfermeros a mi alrededor esperando la salida de un niño o niña quizás

¿Recuerdan esa noche de sexo salvaje de hace meses atras?

Resulta que acabo con un embarazo inesperado unas semanas más tarde, un embarazo que yo no planee

Y ahora estaba acá, en una sala de partos abierta de piernas esperando que el bebe salga de mi vagina

¿Es agradable? Claramente no.

—Queda poco Kamila—me dice mi matrona

—Duele demasiado—me quejo

¿Por qué no acepté una cesárea?

Estarias cuarenta días en cama, con una cicatriz en todo el vientre que debe de ser sanada y claramente cicatrizarse, estarás con dolor, uno peor que este

Era entendible mi elección de parto, prefería llorar por el dolor en mi vagina que por una cicatriz

Luego de minutos el llanto agudo inundo mis oídos, hice una mueca pero me dejé caer en la camilla agotada, hicieron algo más antes de entregarme al bebe

Bueno a la bebe

Una niña llorona reposaba en mi pecho, con sus ojos cerrados y el cabello pelinegro con pecas por sus pómulos y labios carnosos, vaya, si se parecía a su padre pero tenía algo de mi al menos

Trago duro antes de sonreír un poco

No sería tan mala la maternidad

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