'Quiero esa polla en mi garganta', suplica ella, pasándose la lengua por los labios.
"Tus deseos son órdenes". Le respondo con voz ronca. A horcajadas sobre su cintura, la agarro por el cabello y meto mi miembro en su boca sensual.
Joder, qué buena está con mi polla en la boca y sus labios de terciopelo envolviéndola. Es increíblemente erótico.
Joder, eso es. Gruño internamente.
Ella jadea mientras empieza a chupármela y lamerme, y yo aumento el ritmo, golpeando el fondo de su garganta con cada embestida brutal.
El sonido de sus arcadas y sorbidos me excita aún más. Le lloran los ojos, pero sigue queriendo más.
“Joder, nena, eso es. Más fuerte", ella gime a través de nuestro enlace.
¿Qué clase de hombre sería si no le diera a mi mujer lo que tanto me implora?
Me abalanzo sobre ella con más fuerza, follándola salvajemente por la garganta. El sonido de su penetración es música para mis oídos e inclino la cabeza hacia atrás mientras un placer abrasador me recorre. Es como si una p