Aura estaba sentada en su habitación, con gesto enfurruñado.
Después de aquella caja enviada a su oficina, todos los días llegaba una nueva sin falta y aunque no quería mirar el interior siempre lo hacía, pues una nueva fotografía ya fuese de ella o de los niños estaba ahí, con mensajes pertirbadores.
No tuvo más opción que contarle a Dafne parte de lo que pasaba, pues el miedo de que algo malo pudiera pasarle a los niños a manos de ese psicópata la estaba torturando.
Lo que nunca se imaginó es que ella también sería incluida y ahora, Bastian Lamprou había ordenado que dos guardaespaldas estuvieran a cargo se su seguridad.
- ¿Seguirás molesta?.- Alexein miraba a la chica divertido.
- Pues no sé que reacción esperaban de mi parte.- Aura respondió molesta.- Estoy harta de tener personas que estén pendientes incluso de si respiro o lanzo un gas, o si estornudo.
- Es por tu bien cariño.- Alexein la tomó del brazo y la haló hacia él.
Cuando Dafne le informó la decisión tomada por su abuelo