Aura y Dafne reían a carcajadas en la cocina.
Habían decidido que ese día, nadie del personal de la casa trabajaría y que ellas se encargarian de preparar la cena de aquella noche de Navidad.
Con lo que Aura no contaba, era con que Dafne sería un desastre y un peligro potente en la cocina.
Ya había quemado dos sartenes y habían tenido que poner a cocer una nueva porción de arroz, ya que la primera había quedado completamente incomestible.
- Supongo que no nací para cocinar.- Un puchero se deslizó en los labios de la rubia.
- Estoy totalmente de acuerdo. Lo tuyo sin lugar a dudas son los negocios, en la cocina eres un peligro.
- ¡No te burles!, El que tú seas buena con los cuchillos y las sartenes no te da ese derecho.
- ¿Qué puedo decir?, ¡Amaba cocinar junto a la abuela!, Algo que tus nietos no verán.
- ¡Cállate Aura!.- Dafne le lanzó un trozo de zanahoria a medio picar, al ver a la castaña desternillandose de la risa.- ¿Y si te ayudo a pelar verduras?.
- ¿Estás segura?.
- No me hag