Hola :D hoy tenemos maraton
El frío del almacén vacío se infiltraba por las rendijas, helándome hasta el punto de congelarme. La mano de Alexander, sólida y reconfortante, era mi única conexión en medio de ese mar de tristeza. Mientras caminábamos, el silencio absoluto se veía interrumpido por el eco de nuestros pasos, y nos veíamos rodeados por la oscuridad que nos abrazaba con fuerza solo combatido con una unica luz de un bombillo.Y entonces la vi. En el medio, en la distancia, atada a una silla, con una mirada de súplica y la boca amordazada. Detrás de ella habia un hombre que parecía estar vigilando a quien era mi debilidad en esos momentos. Era Emely quien era una simple inocente en este juego mortal. En mi garganta se creó un nudo de miedo. Tenía el impulso de gritar, acercarme rápidamente a ella y sacarla de ese lugar, pero Alexander me contuvo con firmeza con su mano para impedírmelo. —¡Emely! —exclamé con la voz entrecortada por el llanto.—No vayas, Dory—, me dijo Alexander, su voz grave resonando en
Mis ojos se inflamaban, inundados por un océano de lágrimas que no paraban de derramarse. La sala de espera se había transformado en un infierno personal, un espacio donde el tiempo se detuvo y cada instante representaba una punzada de desesperación. Emely salió ilesa y luego volvió con mis padres, quienes también contrataron sus propios vigilantes para proteger su casa. En total, había más de cuarenta personas vigilando tanto el interior como el exterior de la casa hasta que encontráramos a Cassidy.Mientras todos estaba reguardandose, yo me encontraba en el delirio de mi estabilidad mental. A través del cristal, observaba cómo los médicos se movían rápidamente alrededor de Alexander, esforzándose por mantenerlo con vida. Habían estado rotando para asegurarse de que siguiera respirando durante ocho horas hasta su llegada...Fueron ocho interminables horas de sufrimiento sin fin...Los disparos impactaron en sus riñones... esa imagen se repetía una y otra vez en mi cabeza, un eco de d
Con la llegada de Margaret la atmosfera se volvió más pesada. Su figura esbelta y su rostro, a pesar de la tensión, mantenían esa elegancia innata que me volvía el estómago. Me miró fijamente con unos ojos gélidos y severos.—Tú, —siseó, el término como un veneno en su lengua. Me estaba apuntando con su elegancia inapta —Sal de aquí. Todo esto es a causa de ti. Todo es tu culpa.Experimenté una sensación desagradable al sentir la bilis ascendiendo por mi garganta. Hacía un minuto que estaba llorando, mis lágrimas se desbordaban por mis mejillas, pero la rabia me secó el llanto de inmediato. Me puse de pie lista para enfrentarla.—¿Mi culpa? —Mi voz sonó ronca, teñida de sarcasmo. Empezaba a soltar una risa cargada de ironía tan intensa que resultaba imposible disimularla. —¡Usted fue la que quería meterle a una loca a su hijo a los ojos! La responsabilidad recae únicamente en usted. Con aires de nobleza de pacotilla aparentando distinción, usted fue la única responsable de todo lo su
Un total silencio invadió la habitación. Todos nuestros ojos se posaron en Margaret.—Madre ¿Quieres hablar? —Alexis le replicaba.La notaba mirar al suelo acariciando suavemente su mano.—Margaret, mejor habla o me veré obligado a decirlo yo.—Yo….no perdí mi titulo porque quisiera o porque lo entregue. —Elevo ligeramente la vista. —Perdí mi título debido a que fui abandonado por mi familia. Todos deseaban alejarse de una criminal, nadie me veía como merecedora de ser llamada duquesa, lo cual sería vergonzoso para toda mi familia. —Su voz empezaba a romperse. —No tuve la culpa...se lo juro, no la tuve...ese señor se cruzó en mi camino.—¿Cruzó? —preguntaba Alexander.—En mi juventud, se esperaba que me comprometiera con un príncipe español, pero mi amor siempre estuvo destinado a otra persona. —ella observaba a Harry de reojo—Durante uno de mis arranques de ira al no permitirme estar con Harry... bebí en exceso ¿Comprenden? No tengo memoria de lo sucedido, solo tengo presente el mome
Como una prostituta a la cual visitaba cuando tenía necesidades carnales cada vez, asi me sentia actualmente junto a mi esposo. Hoy era el día en que llegaría para pasar un breve fin de semana conmigo, para luego marcharse y dejarme sola una vez más sin mirar atrás. Ya se habia hecho tan repetitivo que para mi era el pan de cada mes. Para muchas personas, el día de su boda representa uno de los momentos más especiales de su vida. ¿Y para mí? Así fue. Tantas sonrisas, tanto amor, nuestras miradas dejaban entre ver que nuestro matrimonio, a pesar de que fue por contrato para beneficiar a nuestras familias estaba repleto de amor. Un amor de papel… Un amor de beneficios… Un amor donde el y yo éramos meros objetos para aumentar el dinero de nuestras familias…aunque yo llegue a sentir un profundo amor por él. Alexander Lennox era propietario de una prestigiosa cadena de restaurantes a nivel global, mientras que mi familia era dueña de una cadena hotelera lujosa y elegante que
Seis años despuésFinalizaba rápidamente de escribir en mi ordenador mientras mandaba algunos correos. Hace aproximadamente dos años, fui nombrada CEO en el negocio familiar. Al percatarme de que mi padre seguía realizando acuerdos con Alexander, me sentí muy alterada. Me encontraba en una ida y vuelta de correos con el departamento de contratos, tratando de dar por finalizados sus servicios en mis hoteles, pero no mostraban disposición, eran ya que eran muy tercos.Al finalizar la redacción del correo, apretaba con intensidad mi nariz con el propósito de reducir la tensión. La puerta de mi despacho se abría con delicadeza mientras observaba de reojo a Michael, el subdirector general de mis hoteles, quien también era mi más cercano amigo.—Por tu cara veo que no pudiste terminar los contratos todavía.—Asi es, incluso me propusieron una reunión con Alexander, pero eso quiero evitarlo a toda costa. No quiero que pise un pie en mi hotel ni aunque su vida dependiera de eso.—Por cierto ¿Q
—Sabia que eras tu. —Un enorme rugido brotaba. —En serio… ¿Te gusta hacerme esto? Tuve que aguantarme verte con un maldito hombre tras nuestro divorcio —Rio de manera irónica. —Te mande a investigar porque no lo entendía, y al verte con otro hombre en esas fotos ¡Porque lo haces! —Vocifero sumamente enojado.—Esto debe ser una maldita pesadilla. —Murmure ignorando aquellos gritos queriendo obligarme a pensar que era solo mi imaginación.—¿De verdad, Dorothea? ¡No puede ser! ¿Acaso pretendes presumir de un hombre delante de mí? ¡Por Dios!—rugía de una manera tan fuerte que invadió el baño.Sin comprender la disputa, me acomodaba con una mirada desafiante.—¿Disculpa? Se te zafaron los tornillos, porque es lo único que me explico para que me grites asi.La atmósfera estaba cargada de tensión, la mirada penetrante de Alexander me impactaba como cuchillos. Notaba cómo su enojo crecía como una tempestad a punto de desatarse. La última vez que nos habíamos visto, las cosas habían acabado en
La disputa se volvió más acalorada, las palabras hirientes se cruzaban entre nosotros como cuchillos afilados. —Eh, chicos —interrumpió Michael, un tanto aturdido—. Nuestra única finalidad aquí es discutir acerca de este acuerdo. Alexander me observo con rabia, con un tono visceral murmuro —Por supuesto, es fácil hablar de negocios. Al menos esta vez Dorothea tiene la decencia de venir a terminar el contrato, no como su divorcio. —Nunca quise hablarte porque tú no vales la pena ni para eso, Alexander.—Sabia que debia alejarlo para poder estar tranquila. Me acercaba a el, olfateando su perfume tomando el papel que tenia Michael colocandolo delante de Alexander.— Firma esto. No quiero que tus restaurantes sigan enlazados a mis hoteles. Alexander observó el documento con desprecio, como si fuera una criatura repugnante. —Me niego a hacerlo, Dorothea. Mis restaurantes van a estar enlazados con tus hoteles, te guste o no. —No me interesa lo que desees —retumbaba mi voz en el salón.