POV Alexander Lennox
Con ágiles y profesionales movimientos, batía los huevos. La luz se filtraba por las ventanas, el sonido de la risa de los niños me despertaba, y mis dedos sentían el metal tibio al sostener la batidora de mano. Todas mis sensaciones estaban a flor de piel.
Ese día era especial, pues estábamos celebrando el Día de las Madres, y quería que todo saliera perfecto para Dorothea.
Mientras batía los huevos, podía oír el siseo de los hotcakes en la sartén, llenando la cocina con su inconfundible fragancia. Después de retirarlos y colocarlos en un plato, procedí a preparar los huevos revueltos. Desde donde estaba, pude ver a Anastasia acercarse a mí y tirar suavemente de mi pantalón.
—¿Crees que mamá estará contenta con el obsequio, papá?
La serena voz de mi hija me brindaba la calma que tanto anhelaba, ya que ella y Gabriel eran los más tranquilos, mientras que los otros tres eran como huracanes dispuestos a arrasar con todo.
—Estoy seguro de que le va a enca