Capítulo XXXIII
Camila
Estoy en mi oficina, frente a la computadora. Abro el archivo y mis ojos se clavan en la pantalla.
Lo que leo me congela:
“No hay compatibilidad genética.”
Las letras parecen arder.
Sé de inmediato quién está detrás de esto: Greta.
Sus artimañas, su obsesión por manipular y controlar… no hay duda. Falsificó los resultados para que Maximiliano creyera que los niños no son suyos.
Pero lo que no sabe… es que tengo la verdad aquí.
Abro el cajón del escritorio, saco un sobre sellado con el logotipo del laboratorio de San Diego, el verdadero. Rompo el borde con cuidado, lo despliego… y ahí está:
99.99% de compatibilidad genética.
Ahí está.
La verdad que ella intentó borrar.
Mis hijos sí son de Maximiliano.
Tomo mi celular y marco a Elliot. Responde al segundo tono.
—Camila.
—Acabo de ver los resultados que me llegaron al correo —susurro, conteniendo el temblor en mi voz—. Salieron negativos, Elliot. Greta falsificó los resultados, estoy segura.
Silencio. Solo escucho