Capítulo XC
Camila
Esto de no tener noticias de mi Ian me tiene muy mal; siento los nervios de punta.
La preocupación rebasa mis límites: no saber nada de él me rompe por dentro. Mi cuerpo tiembla sin control. La angustia me está matando.
Hasta que, de pronto, la puerta se abre y un doctor aparece con una enfermera.
—Familiares del niño Ian Velarde —pregunta con voz firme.
Me acerco de inmediato al doctor al igual que Maximiliano y Valeria. Es como si mis piernas se movieran solas, empujadas únicamente por el miedo.
—Doctor… ¿qué tiene mi niño? —mi voz tiembla, no puedo contenerlo.
—Hola, buenos días. Soy el doctor Bennett —se presenta—. Su hijo tiene apendicitis. Tenemos que intervenirlo ya.
El piso parece hundirse bajo mis pies. Mi corazón late tan fuerte que apenas escucho el resto de sus palabras; solo veo los labios del doctor moviéndose mientras mi mente grita: “mi chiquito… mi bebé…”
—¿O… operarlo? —balbuceo, sin aire, llevándome una mano al pecho.
El doctor asiente.
—Sí, el ni