Para las que sienten demasiado, para las que lloran fuerte, para las que gritan al hablar, para las que defienden sus gustos y pensamientos.
Para las que se obsesionan con personajes literarios, pero tienen miedo de amar a un hombre.
Este libro es para ustedes, porque no hay nada más valiente que arder en todas las contradicciones del corazón.
—Duque.
VINO CALIENTE (Vin Brulé)
¿Has escuchado la frase:
“El pasado no olvida, solo espera el momento de volver a hablar”?
O como diría mi abuelo:
“Una hormiga reconoce a los miembros de su colonia, así pase una vida.”
¿Cuántas veces has querido desaparecer?
Dejar los problemas atrás, empezar una vida lejos de todo lo malo. Reiniciar el juego.
¿Cuántas veces te has dormido deseando despertar en otro lugar?
Pero… ¿Qué pasa cuando no es lo que deseas, sino lo que la vida te obliga a hacer?
Cuando el cambio no nace de ti, sino de las decisiones de alguien más.
Durante mucho tiempo pensé que no pertenecía. Que siempre estaba fuera de lugar: o muy bullosa o demasiado silenciosa, fría o ardiente, capaz de no sentir nada… o de sentirlo todo.
Me sentía como una hormiga en el hormiguero más grande: descartable, reemplazable.
Siempre reparando túneles y puentes que otros cruzarían.
Pero los secretos pesan. Y a veces guardar silencio es más peligroso que hablar.
Porque basta un instante, una mirada, para que todo lo que estaba muerto despierte.
El corazón que latía despacio de pronto corre, y el frío se convierte en fuego.
Y entre ese fuego… apareció él.
Dante.
Arrogante, imposible, tan peligroso como necesario.
Su silencio pesa más que mil palabras, y su mirada me quema, aunque no me toque.
Lo odio por lo que despierta en mí. Lo necesito porque me devuelve un pulso que creía perdido.
Quiero huir. Pero me inclino hacia él, como las vides hacia el sol, como si mi piel lo hubiera reconocido antes que mi memoria.
Como si su historia y la mía hubieran estado escritas en la misma raíz mucho antes de encontrarnos.
Porque hay errores que se repiten, pero nunca de la misma manera.
Lo que destruyó a mi madre no tiene por qué destruirme a mí.
Donde ella perdió, yo puedo vencer.
Donde ella lloró, yo puedo arder.
Donde su amor fue un final, el mío puede ser un comienzo.
Porque cuando todo se derrumbe… será el inicio de todo.
Descubriré que no soy una obrera más. Que soy la hormiga reina de una colonia distinta.
Y que nunca he estado sola. Ni lo estaré.
Esta no es una historia de héroes o villanos.
El protagonista no es un hombre perfecto que viene a salvarme, ni yo una dama en peligro sin voz.
Somos personajes grises, con contradicciones, con errores, con heridas. Personajes que arden, que hieren, que aman.
Porque el amor que encontrarás aquí no llega suave.
El amor de esta historia muerde, marca, quema.
El amor que ya me estaba incendiando desde la primera mirada.
El resto… tendrás que descubrirlo conmigo...