VINO CALIENTE (Vin Brulé)
¿Has escuchado la frase:
“El pasado no olvida, solo espera el momento para volver a hablar”?
O, como diría mi abuelo:
“Una hormiga reconoce a los miembros de su colonia, aunque pase toda una vida lejos.”
¿Cuántas veces has querido desaparecer, dejar todo atrás y despertar en otro lugar, reiniciar el juego?
¿Cuántas noches te has dormido soñando con empezar de cero, lejos del ruido y del dolor?
Pero, ¿qué sucede cuando no es tu deseo, sino la vida la que te obliga a cambiar?
Cuando las decisiones de otros dictan tu destino, y tienes que seguir el camino que otros trazaron sin tu consentimiento.
Durante mucho tiempo creí que no encajaba, que siempre estaba fuera de lugar:
Demasiado ruidosa o demasiado callada, fría o ardiente, insensible o demasiado sensible.
Nunca supe a dónde ir ni quién caminaría conmigo.
Sentía que la vida se me escapaba entre los dedos, mientras intentaba simplemente vivir.
Como una hormiga obrera en el hormiguero más grande, descartable.
Mi mundo era un túnel sin principio ni final, un camino que parecía no tener salida, y cuando la tierra se derrumbaba, era yo quien reconstruía el paso para los demás.
Siempre reparando puentes que otros cruzarían.
Y te lanzan al campo de batalla sin municiones ni experiencia, solo con el peso de las heridas invisibles y la voluntad de seguir adelante.
Pero justo en ese vacío descubres que tienes la fuerza, que sí puedes, y que toda la vida te prepararon para este momento sin decirte que eras más fuerte de lo que imaginabas.
Pero, ¿qué pasa cuando descubres que algunos secretos son demasiado peligrosos para ser contados?
Cuando un frío helado se vuelve fuego ardiente en un instante, y un corazón que latía lento comienza a correr.
Entonces, lo que antes parecía sin sentido, empieza a cobrar vida.
Ese castillo de arena que construyeron para mí espera el momento exacto para derrumbarse.
Y cuando caiga... SERÁ EL COMIENZO DE TODO.
Entonces entiendes que sí, estás perdida.
Perdida en un laberinto distinto, entre otra colonia de hormigas.
Pero tú no eres una obrera más.
Tú eres la hormiga reina.
Ahora te toca encontrar el camino donde la nada se convierte en todo.
Comprender que, aunque lo hayas sentido así,
NUNCA HAS ESTADO SOLA, Y NO LO ESTARÁS. Porque encontrarás un lugar donde ser todo y nada está bien.
Y a alguien a quien todas tus contradicciones complementan.
Porque las hormigas, el destino y el vino tienen mucho en común.
Esta es… una historia de amor.
Esta no es una historia de héroes ni villanos.
El protagonista no es un hombre perfecto que viene a salvarte, ni la protagonista es una damisela en apuros sin carácter.
Son personajes grises, con errores y contradicciones, que a veces te harán enojar, llorar, reír y emocionar.
Personas que están aprendiendo a vivir, justo como tú.
Advertencia: Esta historia es para mayores de 18 años y contiene escenas que no son aptas para menores.
Si buscas un libro que te haga sentir, que valga la pena y que te deje algo al final del día… este es.
GRACIAS POR LEERME: DUQUE